lunes, octubre 31, 2005

Transantiago, un Choque de Dos Mundos

Pese a los problemas iniciales, que ya motivaron un compromiso del gobierno y el apoyo de los alcaldes para solucionarlos, el plan de transporte urbano ya está en marcha y ahora sólo resta desarrollar una cultura ciudadana para usarlo como corresponde.

El plan de modernización del transporte de pasajeros en la ciudad de Santiago no se saltó la historia de los grandes emprendimientos humanos. Tuvo problemas desde que se esbozó la idea, pues se invitaba a pensar en grande y a desafiar a uno de los gremios más intocable de los últimos años, cuyo poder está cimentado en la necesidad imperiosa e irrenunciable de movilización que tiene una urbe que ya bordea los seis millones de habitantes.

Como en cualquier sociedad de libre mercado, el monopolio suprime la competitividad y desmejora la calidad de los productos y servicios. La movilización colectiva de la capital de Chile había caído hace 30 años en manos de un grupo de empresarios que introdujeron una forma perversa de desarrollar su negocio: pagar a sus choferes un porcentaje por cada boleto cortado. Eso transformó las calles de la ciudad en una pista de frenéticas carreras para disputarse el premio que había en cada esquina: el pasajero. Para llegar a él todo era válido. Y si además no había firmeza de la autoridad para limitar la cantidad y calidad de los buses que se peleaban tan singular trofeo, las consecuencias las comenzaron a pagar los santiaguinos hace mucho tiempo. Las tibias y erráticas medidas que se iniciaron a contar de 1990 sólo lograron uniformar el color amarillo de las micros y una leve mejora en la antigüedad del parque. Pero nada se había logrado en la erradicación del sistema de trabajo.

Problemas y soluciones

Por ello no era de extrañarse que el Transantiago encontrara tanta resistencia.
La de los empresarios tradicionales puede entenderse. Lo que sí resulta paradojal es la reacción de una parte importante de los usuarios, que ya desde el primer día sólo vieron los problemas del sistema -que por cierto los tenía-, en una manifestación más de un pesimismo casi crónico que está afectando a una porción del país. Lejos de ponderar los aspectos positivos del plan -buses de última tecnología, amplios, limpios, con choferes profesionales que ya no corren como energúmenos por las calles-, se ha preferido centrar la atención en los defectos. En la TV, un programa que toma la temperatura a las opiniones de sus telespectadores y que habitualmente suma "peras con manzanas", exhibió una nota en la que se cubría la puesta en marcha del Transantiago, haciendo hincapié en lo que se sabía con mucha antelación: el sistema debutaría con varias falencias, las que sólo se superarán dentro de un año. Pues bien, la pregunta fue: "¿Cree usted que el gobierno hace las cosas a medias?". La respuesta era obvia. El 85% dijo que sí. Es decir: ¿la gente habría preferido seguir usando las micros amarillas durante un año más?
Si nos guiáramos por lo que se escucha y se ve, parece que sí. Nos habíamos acostumbrado demasiado a la velocidad "deportiva" de las micros de antaño: "Son muy lentos estos buses, andan a la vuelta de la rueda (60 km/hora) y ahora me tendré que levantar más temprano..."


Para otros, el cambio no fue lo que esperaban: "Cuando vuelvo a mi casa por la tarde estoy cansada y nunca encuentro asientos desocupados..." (¿antes sí los encontraba?).


También hay quejas más insólitas: "Las micros amarillas me paraban en cualquier parte, en cambio ahora sólo se detienen en los paraderos...".


Resulta evidente que el choque cultural ha sido grande y que se necesitará tiempo para asimilarlo. El mejor referente es el Metro. Nadie creía en 1973 que la gente cuidaría los trenes y las estaciones; sin embargo, se logró.


Lo concreto es que el plan ya es una realidad y que, pese a los defectos detectados, constituye una solución parcial al servicio peor evaluado por la ciudadanía.


Casi al terminar su primera semana de operaciones, Transantiago logró un acuerdo para destacar: el gobierno y los alcaldes se comprometieron a buscar una pronta solución a los problemas iniciales del sistema.
Es un aporte de Las Últimas Noticias.
Pablo Ramírez Torrejón

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Saludos, fue Usted quién realizó el estudio millonario para el Transantiago??? no lo ponga en su curriculum

Qué tiene que ver la educación de la población sino tienes que caminar 20 cuadras, tienes que esperar 1-2 horas, y tienes que regresar a tus orígenes primitivos para poder treparte a los "buses modernos" que los hay reciclados (y la limpieza del aire????), todo falso, promesas falsas, todo lo hicieron para ganar dinero, y como son tan brutos, ahora se les tiene pagar para que siga la tortura.

Comentarios como los tuyos, hechos sin base ni siquiera con respaldo de una PRUEBA PILOTO obligatoria en proyectos de tal embergadura, son los que hacen posible que las autoridades hagan lo que les da la gana pensando en sucios negocios y no en el bien común... miento??? no lo creo.

Acá en Lima-Perú, tenemos gente rentada que no dice la porquería que será el sistema que planean aca a toda prisa, sin las rutas segregadas necesarias, y sin probar nada...

Dios nos ayude...

yapa... encima 290 millones a los bolsillos de los que no cumplieron nada.... seguro suben los pasajes de todas maneras.... la cosa es ganar+ no servir

6:14 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home

Arturito
RelojesWeb.com

Powered by Blogger

Video code provided by Music Video Codes
Google Groups Subscribe to Educación Vial, Transporte y Logística
Email:
Browse Archives at groups.google.com


Díga lo que piensa de nuestro Blog, y otro tema que se le ocurra. Agradesco todos sus comentarios y sugerencias

¿Qué clase de comentario quiere enviar?

Queja Problema Sugerencia Elogio

¿Escriba su Comentario?

Otros

Escriba sus Comentarios en Espacio Siguiente:

Díga Cómo Entramos en Contacto con Usted:

Nombre
Correo Electrónico
Teléfono
Fax
Favor, pónganse en contacto


PARATO.
Copyright © 1999 Reservados Todos los Derechos.
.